Tras numerosos desacuerdos verbales y algunos destructivos disturbios, el aeropuerto internacional de Ezeiza retornó ayer lentamente a la normalidad luego de la suspensión de numerosos vuelos por un conflicto sindical.
Desde el pasado jueves, cuando en la madrugada se inicio un virtual paro de los empleados de Aerohandling- una empresa privada que manipula el equipaje de Aerolíneas Argentinas-, el caos se instaló en la terminal aérea, considerada una de las de mayores operaciones en Sudamérica.
Los empleados redujeron el personal y la jornada -denominado trabajo en reglamento- lo cual llevó a la cancelación de vuelos, agravada por la ausencia de cualquier información a los viajeros.
Muchos pasajeros de vacaciones aquí, que por el fin de quincena retornaban a sus trabajos en los más diversos destinos, otros que iniciaban sus vacaciones y muchos en tránsito, protestaron verbalmente ante cualquier funcionario presente y en las oficinas de reclamaciones.
Las acciones pasaron a mayores cuando ante la retirada de las mesas de chek-in de los empleados de la aerolínea, pasajeros cansados de esperar y abandonados a su suerte tomaron la entrada a los salones de embarque.
A la consigna "Si no viajamos nosotros no viaja nadie", impidieron el paso a los pasajeros de otras compañías y rompieron algunas puertas y muebles hasta la intervención de autoridades policiales aeroportuarias.
La patronal de Aerohandling, ante el caos creado, decidió convocar a una concertación a los gremios, que exigen un plus salarial de mil 200 pesos (unos 380 dólares) por inflación, aumento de la plantilla e inversiones para modernizar los equipos.
Como resultado de ello, la situación laboral ha mejorado y Aerolíneas Argentinas reprogramó los vuelos, que comenzaron a salir anoche.
Varios medios de difusión, sobre todo los noticieros de televisión, muestran imágenes mucho más descongestionadas de la sala de despacho del aeropuerto, donde ayer llegaron a concentrarse hasta cinco mil viajeros varados, según esas mismas fuentes.
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