Del "aterrizaje suave" que auguraba el Gobierno a la destrucción de 300.000 empleos. El director de la Oficina Económica de Moncloa, David Taguas, señaló ayer que cada vivienda que se deja de construir supone la destrucción de 2,3 puestos de trabajo. Tras clausurar una jornada sobre el sector inmobiliario, Taguas precisó que después del máximo de 700.000 viviendas construidas en 2007, la cifra puede reducirse en más de 150.000 unidades este año, llegando a perderse más de 300.000 empleos.
No obstante, insistió en que la reducción del empleo en vivienda no puede extrapolarse a otros sectores ni a las cifras del desempleo. "Nadie ha dicho que el empleo vaya a caer", dijo antes de recordar que la construcción fue el "factor determinante" para que el Gobierno contemplara una desaceleración en la actividad de seis décimas del PIB a la hora de elaborar los Presupuestos Generales de 2008.
A pesar de explicar que la construcción ha entrado en un proceso de ajuste "de al menos dos o tres trimestres", el gurú ecónomico de Moncloa cree que se están "exagerando las cosas".
Respecto a las peticiones de las promotoras para que los bancos no les cierren el grifo a la financiación, Taguas dijo que "el Gobierno ni tiene, ni quiere tener, ninguna influencia sobre la actividad económica de los bancos, que saben cómo, cuándo y a quién conceden sus créditos". El presidente José Luis Rodríguez Zapatero había pedido el pasado octubre a la banca que no cortara el crédito a las inmobiliarias.
Por otra parte, el parón inmobiliario costará el puesto a 250 trabajadores de la compañía de material eléctrico Simon, informa Amanda Mars. Cada piso que se deja de construir supone una decena de enchufes que no se venden. Por ello, Simon anunció ayer que no renovará el contrato a 200 trabajadores temporales y prejubilará a 50 personas en España, de una plantilla de 1.500. "El número de viviendas no volverá a ser el de antes y el nivel de la empresa tampoco", explicó el director general, Xavier Torra.
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