La Confederación Sindical Internacional (CSI) –que representa a 168 millones de trabajadores de 156 países y cuenta con 311 afiliadas nacionales– dio a conocer esta semana un nuevo informe que denuncia que en Pakistán "se violan masiva y flagrantemente todas las normas fundamentales del trabajo, aun las que ese país ratificó".
El lanzamiento de este documento coincide con la revisión de la política comercial de ese país que la OMC lleva a cabo hasta mañana viernes y en el mismo se ponen de relieve fallos "graves" en la aplicación de las normas fundamentales del trabajo en ese país.
El informe muestra que no se respetan los derechos englobados en los dos convenios que protegen los derechos sindicales. "Se viola sistemáticamente el derecho de libertad sindical y no hay suficiente protección contra la discriminación antisindical", recalca en este sentido la investigación.
Además, –añade– "no se puede ejercer el derecho de huelga" y los trabajadores de las tres zonas francas de exportación del país "no pueden formar sindicatos, llevar a cabo negociaciones colectivas ni hacer huelga".
Entre las formas peligrosas de trabajo infantil figuran, según el informe de la CSI, la venta callejera, la manufactura de instrumental quirúrgico, la pesca en alta mar, la manufactura de cuero, la fabricación de ladrillos, o la producción de pelotas de fútbol y tejido de alfombras.
En el informe se denuncia asimismo el hecho de que Pakistán haya ratificado los dos convenios contra el trabajo forzoso pero, en la práctica, "éste está ampliamente difundido en el país, inclusive el trabajo forzoso de menores".
A juicio de la CSI, "el trabajo en condiciones de servidumbre reviste dimensiones graves a pesar de la legislación que se supone declara ilegal esta práctica". En el informe se reitera que Pakistán "es un país de procedencia, tránsito y destino de personas que son objeto de trata" y que actualmente "las mujeres y los niños son quienes corren más riesgo de ser víctimas de tales prácticas".
"Se discrimina a las mujeres en los lugares de trabajo, y a pesar de que el acoso constituye un problema grave, todavía no hay ninguna ley destinada a combatirlo", remarca el documento.
La investigación termina con un resumen de recomendaciones y conclusiones dirigidas al gobierno de Pakistán para corregir su falta de acatamiento de las normas fundamentales del trabajo de la OIT.
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