El secretario general de CC.OO., José María Fidalgo, expresó ayer su convencimiento de que, "gane quien gane" las próximas elecciones de marzo, se convocará a los agentes sociales a la Moncloa para iniciar otro ciclo de diálogo social, si bien advirtió de que éste se producirá bajo un "clima" muy diferente por la evolución de la economía española.
Durante su intervención en las Jornadas sobre Reformas Laborales en el 2007, organizada por el Consejo Económico y Social (CES) y el Gabinete jurídico de CC.OO., Fidalgo señaló que la coyuntura "no da para mucho talante", y aseguró que el próximo Ejecutivo tendrá que asumir sus limitaciones y trabajar para corregirlas.
En este sentido, lamentó que el Ejecutivo central tenga sólo control directo sobre el 18% del gasto de la Administración Pública, un 6% del PIB, mientras que "vectores fundamentales" para la reforma del modelo productivo y socioeconómico español, como la educación, queden fuera de su alcance por cuestiones de competencias autonómicas. "El Gobierno necesitará ayuda en esta brega", indicó Fidalgo, que también achacó a la descentralización administrativa la falta de una inspección de trabajo "eficaz".
ECONOMÍA BASADA EN SECTORES ENDÓGENOS
Según el secretario general de CC.OO., la actual situación de desaceleración de la economía nacional es consecuencia de haber sostenido su patrón de crecimiento en la construcción, especialmente residencial, y en servicios "sin valor añadido" que, al tratarse de sectores "endógenos" y al margen de una economía de mercado global, han mermado gravemente la capacidad productiva de España.
Además, acusó al "incremento artificial" del precio de la vivienda de haber "petrificado" la economía española, al retener vía hipotecas el 50% de la renta de los ciudadanos a largo plazo.
Fidalgo dijo valorar positivamente el crecimiento del empleo durante este periodo de "bonanza económica", pero sin embargo, indicó que es consciente de que el fin de este ciclo traerá un tipo nuevo de desempleado de origen inmigrante, ante lo que destacó la urgente necesidad de "retejer la red de protección social".
RESTRICCIONES DE LA REFORMA LABORAL
El dirigente sindical señaló que su sindicato está satisfecho con la reforma laboral de 2007, pero sólo porque es consciente de las "restricciones" que plantean estos procesos, entre las que destacó el tipo de empleo que crean las empresas en cada momento, ya que, a su juicio, los sectores que generan trabajos de mayor calidad son precisamente los que "no han tirado" de la economía durante el último ciclo.
"Tenemos un sector productivo que no ha espabilado", aseguró Fidalgo, quien destacó que España no ha asumido el hecho de que la calidad del empleo es un indicador de la competitividad de una economía, que en el caso español no pasa del puesto 29 en los ránkings internacionales.
EL ESTADO ES UN "MAL PATRÓN"
La segunda limitación a la efectividad de las reformas laborales, según Fidalgo, la constituye el hecho de que el Estado "es muy mal patrón", ya que las brechas entre contratos temporales y fijos y empleo masculino y fijo, que se han reducido enormemente en el sector privado, se han incrementado por encima de los diez puntos entre los trabajadores de la Administración. "El sector público no se da por aludido en las reformas laborales", lamentó el dirigente sindical.
Fidalgo incidió en que las dos últimas reformas laborales, realizadas a finales de los años 90 y en 2007, se hicieron sobre el "mismo calco" y sobre tres "pilares": poner límite al abuso de la precariedad, fomentar la igualdad y hacer más atractiva la contratación fija que la temporal.
En este sentido, dijo no apreciar grandes diferencias entre el PSOE y el PP, "aunque cada uno tenga sus particularidades", y reiteró el rechazo frontal de CC.OO. a las propuestas en materia fiscal y de prestaciones sociales de ambas formaciones. "Las subastas fiscales y las subastas de cheque son antagónicas a las necesidades de la economía", concluyó.
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