La Confederación Europea de Sindicatos del Metal (EMB) llevará a cabo protestas en toda Europa contra el cierre de una planta del fabricante finlandés de teléfonos móviles Nokia en Alemania.
El secretario general de la EMB, Peter Scherrer, anunció en declaraciones a la emisora de radio "Deutschlandradio" que mañana habrá una reunión en Bruselas de todos lo sindicatos que tienen empleados de Nokia en Europa para analizar la estrategia a seguir.
Scherrer reconoció que es difícil organizar movilizaciones en toda Europa pero se mostró optimista de que puedan hacerse protestas puntuales.
El objetivo de estas acciones es lograr que la dirección de Nokia deje al menos en suspenso el cierre y busque alternativas.
"Es algo que una dirección buena y responsable debería haber hecho ya hace tiempo", dijo Scherrer.
El sindicalista no ha perdido la esperanza de que la empresa acabe revocando su decisión de cerrar la planta de Bochum, pues, en su opinión, la decisión de trasladarla a Rumanía en pleno auge le ha hecho perder mucho prestigio.
Por ahora la dirección de Nokia en Helsinki mantiene su plan de cerrar la fábrica pese a la ola de protestas que desencadenó con esa decisión, inclusive por parte de todo el espectro político alemán, pero se ha mostrado dispuesta a negociar "soluciones innovadoras" para la planta.
La fábrica cuenta con una plantilla fija de 2.300 trabajadores, a los que se suman otros mil con contratos por obra.
Según un documento interno elaborado por la representación laboral y citado hoy por el diario "Rheinische Post", las capacidades y por tanto productividad de la fábrica podría duplicarse con una inversión de 14,3 millones de euros.
Con esta inversión, la planta alcanzaría la misma productividad que la planta de Rumanía.
Entre las opciones que se estudiarán en el grupo de trabajo acordado ayer por la dirección de la empresa y el gobierno regional de Renania del Norte-Westfalia, figura, según el citado, la posibilidad de dejar en Bochum un centenar de empleados para el montaje de los últimos modelos.
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