La Conselleria de Trabajo ha aceptado el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en dos clínicas de Barcelona del ginecólogo Carlos Morín, encarcelado durante casi dos meses por supuestos abortos ilegales.
Según confirmó la Conselleria a Europa Press, se ha aceptado el ERE -solicitado por los propios trabajadores- en dos de las cuatro empresas del médico investigado, mientras que otras dos han sido rechazadas porque no alcanzan el mínimo de cinco trabajadores por empresa. Estos empleados tendrán que negociar ahora individualmente con la empresa la rescisión de su contrato y la posible indemnización.
El abogado de Morín, Francesc Campà, explicó el lunes en rueda de prensa que la veintena de empleados de Morín habían solicitado el ERE por "insolvencia patrimonial", al ver que las clínicas podían cerrar, estaban sin fondos y su dueño estaba en prisión.
En declaraciones a Europa Press, Campà dijo ayer que su cliente pidió, cuando estaba en prisión, que se buscara una fórmula para acordar la rescisión de contrato de sus trabajadores. En este sentido, Campà dijo que estará "encantado" de negociar con estos empleados.
Sin embargo, como explicó el pasado lunes, las empresas están pendientes de recuperar unos 100.000 euros en metálico incautados por la Guardia Civil durante los registros de los centros abortistas y de la posibilidad de venderse el mobiliario y el instrumental de las clínicas, ya que los locales son de alquiler.
Las clínicas no prevén reabrir sus puertas próximamente y probablemente no lo harán nunca más debido a las dificultades económicas que atraviesan, a pesar de que su propietario quedó en libertad provisional sin fianza el jueves tras casi dos meses en prisión por supuestamente cometer abortos ilegales.
Al contrario de lo que se puede suponer, Morín "no es un magnate" ni conduce coches de lujo, ya que sólo tiene en sus cuentas bancarias "unos 1.000 ó 3.000 euros". Sin embargo, según el mismo Campà, Morín vendió hace poco un coche -del que todavía debía 34.000 euros-, por unos 40.000 euros, por lo que todavía le quedan unos 6.000. Además, Morín y su esposa están vendiendo objetos de valor personales.
El abogado también apuntó la posibilidad de que Morín, de 64 años, se jubile y venda el mobiliario y el instrumental médico de las clínicas, ya que los locales, en la parte alta de Barcelona, no son de su propiedad. "No le queda más remedio que cesar la actividad", admitió, ya que el auto de libertad provisional le impide ejercer la profesión médica mientras dure la instrucción del caso, así como acercarse a sus clínicas.
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