Según un estudio elaborado por Adecco Institute, ‘cada vez son más empresas que empiezan a analizar la estructura de edad de sus plantillas, y más compañías grandes dispuestas a contratar a más trabajadores mayores de 50 años
En menos de diez años, y por primera vez en la historia, la población de más de 40 años pasará a ser mayoritaria en las cinco grandes economías europeas (Alemania, Francia, Reino Unido, España e Italia). De hecho, el número de personas con edades entre 50 y 65 años se incrementará en un 16% en este tiempo, a la vez que disminuirá un 10% el colectivo de entre 20 y 40 años.
Se trata de un desafío demográfico del que ya se habla, sobre todo, por su efecto sobre el aumento del gasto público en pensiones y sanidad, pero se presta menos atención a sus consecuencias sobre el mercado laboral.
Sin embargo, según un estudio elaborado por Adecco Institute, ‘cada vez son más empresas que empiezan a analizar la estructura de edad de sus plantillas, y más compañías grandes dispuestas a contratar a más trabajadores mayores de 50 años’.
En concreto, el estudio -elaborado entre 2.500 empresas de las cinco principales economías europeas- asegura que las compañías que están dispuestas a contratar a más personas mayores de 50 años aumenta del 11% en 2007 al 16% este año.
Es más, el porcentaje de estas empresas que se muestra dispuesta a contratar a menos trabajadores mayores disminuye del 42% al 34%.
Asimismo, algo más de la mitad de estas compañías (el 54%) considera el cambio demográfico que viene como una de sus tres preocupaciones principales, junto a la globalización (que inquieta al 55% de ellas) y al progreso tecnológico (58%).
En opinión de los autores del informe, las empresas europeas deben ‘ir aprovisionándose con vistas a la inevitable guerra por el talento que viene, asegurándose que los trabajadores actuales estén preparados y dispuestos a seguir en su empleo’.
Dicho todo esto, el estudio también pone de manifiesto que las empresas aún no han abordado seriamente cómo afrontarán esta falta de trabajadores más jóvenes. Así, en una escala entre 100 y 400, las compañías europeas consultadas obtendrían una nota media de 182 puntos, a la hora de evaluar el grado de su planificación ante la crisis demográfica.
Sólo cuatro de cada diez empresas europeas ha analizado la estructura de edad de sus plantillas. Y son las grandes compañías las más eficientes en dicha planificación, aunque son las pymes las que registran mayores avances respecto al año anterior. El motivo es, según los autores del estudio, porque ‘si desean atraer a los mejores talentos deben competir, como proveedores de empleo, con las grandes empresas’.
Esto lleva a otra de las principales preocupaciones empresariales: la cada vez mayor escasez de profesionales cualificados.
Ante este problema, siete de cada diez compañías consultadas creen que la solución más adecuada sería la mejora de la educación escolar de los futuros asalariados; y seis de cada diez, cree que habría que ‘mejorar la transición de la escuela al trabajo’.
Aunque, paradójicamente, la solución a la falta de profesionales que menos adeptos consiguió entre las empresas fue la de ‘aumentar el número de estudiantes en las universidades’, sólo defendida por el 38% de las empresas encuestadas.
España no hace los deberes de planificación
Las empresas españolas no están precisamente entre las más preocupadas por el envejecimiento de sus plantillas de trabajadores. Así, mientras que el 70% de las empresas alemanas declararon que el cambio demográfico está entre sus retos más importantes, sólo el 43% de las compañías españolas compartía esta preocupación. Si bien, las empresas británicas están aún menos inquietas por el envejecimiento de sus plantillas, ya sólo tres de cada diez lo considera un problema.
Pero lo que aún deja en peor lugar a las empresas españolas es la pérdida de interés en planificar cómo solucionarán el problema demográfico que viene. Según el estudio de Adecco, de las cinco principales economías europeas analizadas, sólo las compañías alemanas y francesas registraron el pasado año avances, respecto a 2006, a la hora de planificar la estructura de edad de sus plantillas. Por el contrario, las españolas fueron las que registraron incluso un mayor retroceso en sus planificaciones demográficas, junto a las italianas y británicas.
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