El Consejo Económico y Social (CES) admite el "importante retroceso" que han experimentado en los últimos años las rentas del sector agrario y advierte de que en esta situación "es probable" que se continúe con el abandono de explotaciones por parte de los agricultores y ganaderos.
El CES presentó ayer en Zaragoza un informe sobre "Estrategias y medidas para una nueva estructura de costes y rentas en el sector primario", con motivo de la celebración en la capital aragonesa de la Feria Internacional de Maquinaria Agrícola (FIMA), la más importante de este tipo en España.
Este estudio, que analiza las macromagnitudes agrarias del periodo 2000-2006, concluye que "el sector se encuentra en una fase de estancamiento que contrasta con el dinamismo mostrado por la economía española" y reconoce que los agricultores y ganaderos se enfrentan a una "pérdida continua de renta, en términos generales", una situación que "amenaza la viabilidad de muchas de las explotaciones españolas".
Esta investigación apunta que la remuneración media por asalariado en el sector agrario ha aumentado en este periodo el 9 por ciento, una tasa "muy inferior" al avance registrado por el conjunto de la economía, del 17,3 por ciento.
En términos constantes, una vez descontada la inflación, la renta agraria ha sufrido un "importante retroceso en el conjunto del periodo del 14,1 por ciento, que ha ido acompañado de un descenso del empleo agrario y del número de explotaciones".
Por todo ello, justifica "la necesidad y la existencia de políticas públicas de apoyo al sector" y defiende la Política Agrícola Común (PAC) como "prioridad", ya que es la "única común en la Unión europea válida para el mantenimiento de la cohesión económica y social en el medio rural y el abastecimiento alimentario" de la región.
El CES aboga por establecer "medidas tendentes al mantenimiento de las rentas del sector" y pide un "énfasis" en aspectos como la modernización de las explotaciones y empresas agrarias, el desarrollo de herramientas de gestión, la mejora de las estructuras comerciales, y la garantía de una mayor eficacia y transparencia de los mercados. Todo ello, insiste, para garantizar una "renta o remuneración adecuada".
Asimismo, para reducir los costes de producción, el informe propone potenciar el asociacionismo y el cooperativismo, fomentar el uso de las tecnologías y las herramientas informáticas en la gestión de las explotaciones, la continua mejora de la maquinaria agrícola y el uso más eficiente y racional de la energía y los recursos naturales, y una "mejor adaptación de la fiscalidad a la renta y actividad del sector".
En la presentación del informe, el presidente del CES, Marcos Peña, apostó por fomentar la formación y las nuevas tecnologías, "lo mismo que en el sector industrial y servicios", porque "eso es lo que mejorará la renta" agraria.
Por su parte, la presidenta del Consejo Económico y Social de Aragón (CESA), Ángela Abós, aseguró que muchas de las medidas propuestas por el informe ya están en marcha en la Comunidad, si bien reconoció que la crisis del subsector del ovino se debe a factores estructurales y "no es momentánea".
El secretario general de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA), Javier Sánchez, denunció que tanto el Ministerio como el Departamento aragonés de Agricultura "se está burlando de los problemas ganaderos", puesto que no tienen "ninguna voluntad de negociar" las medidas a adoptar para solucionar la crisis.
El consejero aragonés del ramo, Gonzalo Arguilé, aseguró que el Ejecutivo autonómico está "pendiente desde siempre" de un sector que está "en crisis constante" porque "cuando no es la sequía son los precios" y abogó por abordar la situación del ovino "en profundidad con conversaciones y consenso de todos los agentes".
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