La Unión Europea (UE) lanzó el miércoles un nuevo paquete de medidas para cerrar aún más sus fronteras a la inmigración ilegal y protegerse del terrorismo, centrado en la creación de un registro electrónico con datos biométricos de todos los extranjeros que entren al bloque para facilitar su seguimiento y eventual expulsión.
"Hoy en día entran anualmente a la UE unos 300 millones de personas. De ese total, un 40% son ciudadanos de terceros países, de los cuales el 42% no requieren visado", indicó en Bruselas el comisario europeo de Justicia, Franco Frattini, al justificar las nuevas propuestas, que siguen el modelo estadounidense.
"¿Cómo se controla a una persona que ya no puede residir en el país? Hoy en día simplemente no es posible", agregó, señalando que de los cerca de 8 millones de clandestinos que viven en la UE, "más de la mitad entraron legalmente y pasaron a la clandestinidad al caducar su permiso de residencia".
El nuevo paquete "marca un camino completamente nuevo de controlar nuestras fronteras, tanto en los puestos de control de inmigración como a lo largo de la frontera", a partir de "la tecnología más avanzada para alcanzar el nivel más alto de seguridad", dijo Frattini.
La principal medida prevé crear un registro electrónico de datos biométricos (huellas digitales, forma y color del iris, fotografía digitalizada) de cada extranjero que emtre en al espacio sin fronteras Schengen, compartido por unos 400 millones de personas de 24 países de la UE, Noruega e Islandia.
La intención es impedir la entrada a la UE de personas sospechosas de terrorismo y criminales, pero sobre todo poner fin al problema de los extranjeros que permanecen de manera ilegal en la UE.
Bajo el sistema actual de visados, las autoridades nacionales tienen muchas dificultades para saber cuándo y por dónde ha entrado un extranjero que es detenido y dice no tener pasaporte. El nuevo registro de datos debería evitar este tipo de dilemas.
La iniciativa podría incluir la introducción de autorizaciones de viajes para los pasajeros no comunitarios, que deberían completar un formulario a través de internet horas antes de viajar para saber si pueden ingresar al espacio Schengen.
El plan prevé también facilitar el ingreso y salida de ciudadanos de la UE y de países terceros "de buena fe" que hayan cumplido con ciertos requerimientos previos y sean considerados confiables.
La batería de propuestas presentada por Bruselas incluye por otra parte la creación de un sistema europeo de vigilancia de fronteras para aumentar la seguridad dentro del espacio Schengen, y reducir el número de muertes de inmigrantes clandestinos que intentan llegar a Europa por mar en el Mediterráneo y el Atlántico procedentes de África.
Frattini presentó por último un informe sobre "la evaluación y el futuro desarrollo" de la agencia europea de fronteras FRONTEX, que debería servir para examinar la posiblidad de establecer guardias fronterizos comunitarios, un proyecto de "muy largo plazo", como admitió el propio responsable europeo.
La idea de reforzar la ‘Fortaleza Europa’ había sido acordada por los ministros del Interior de los 27 miembros de la UE en una reunión informal organizada por la presidencia eslovena a mediados de enero en Brdo Pri Kranju, cerca de Liubliana.
Las propuestas presentadas este miércoles por la Comisión Europea deberán ser aprobadas por los 27 Estados miembros y el Europarlamento antes de entrar en vigencia.
El Consejo Europeo para los Refugiados y Exiliados (ECRE) criticó que la UE priorice el derecho de los países europeos a controlar sus fronteras sin poner el acento en la obligación de prover protección internacional a personas que son perseguidas en sus países.
"Mientras las fronteras de Europa son cada vez más seguras y firmes, las víctimas de persecuciones en todo el mundo encuentran cada vez más difícil alcanzar un lugar seguro", afirmó el secretario general del ECRE, Bjarte Vandvik.
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