Alejandra. Ése era uno de sus nombres en clave dentro del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). La ex agente entró en los servicios secretos españoles en septiembre de 2005 y llegó a la categoría de directiva. Pero Alejandra cometió un grave error en su carrera como espía cuando su jefe le preguntó si pensaba tener más hijos -ya tenía uno- y respondió que sí. Lo tuvo, el segundo, y entonces pidió acogerse al Plan Concilia de la Administración y reducir un tercio su jornada. Y el siguiente paso fue que su jefe le informó, verbalmente, de que estaba cesada por "bajo rendimiento y falta de iniciativa laboral".
La ex directiva del CNI, que es licenciada en Administración de Empresas y Derecho por Icade, bilingüe en inglés y francés, además de hablar portugués e italiano, presentó el pasado día 4 una denuncia ante el Juzgado Central de lo contencioso administrativo de la Audiencia Nacional porque considera, entre otras cosas, que "existe una violación del principio constitucional en materia de igualdad […] y discriminación por razón de sexo" en su cese.
Alejandra, que pasó todas las pruebas de ingreso, periodo de formación, nombramiento de agente y ascenso a directiva del CNI con excelentes calificaciones, solicitó ser recibida por la secretaria general del Centro, Esperanza Casteleiro, para buscar un ‘por qué’ a su despido. La segunda en rango dentro del CNI no ha recibido a Alejandra y tampoco ha razonado su cese. La ex directiva del CNI también ha intentado llegar hasta la vicepresidenta del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, pero la actual candidata del PSOE por Valencia se ha desentendido del caso.
Fue inquirida en 2006 sobre su intención de tener más hijos
La historia de Alejandra, según reza en la denuncia que la ex espía ha presentado en la Audiencia Nacional y a la que ha tenido acceso EL MUNDO, comienza en enero de 2006: "Con ocasión de su toma de posesión en la Oficina Nacional de Seguridad, en enero de 2006, el jefe del Departamento se interesó ante la hoy recurrente, al igual que con otras compañeras, que no con los compañeros, acerca de si, además del hijo que ya tenía, pensaba tener más, a lo que se respondió afirmativamente".
En agosto de 2006, Alejandra, por consejo de la médico del CNI, acudió a un especialista en cardiología vascular porque tenía problemas con su embarazo. Ello motivó que tuviera que coger la baja. Dio a luz en octubre y se reincorporó a la ONS, con su categoría de directivo, en marzo de 2007.
Pese a la oposición directa del jefe de Departamento de la ONS, Alejandra recibió el visto bueno a su solicitud desde la Secretaría General del Centro por espacio de un año (hasta el 30 de marzo de 2008). En septiembre de 2007 la todavía directiva de la Oficina Nacional de Seguridad recibió un nuevo informe de idoneidad y de esa forma cumplía los dos años de evaluación positiva que exige el CNI a sus futuros espías cuando ingresan en el Centro.
Y junto a su idoneidad, Alejandra también consiguió que su jefe, cuyo nombre en clave interna es Mazueco, se interesara y preguntara si tenía intención de renovar su reducción de jornada. La directiva del CNI contestó afirmativamente y tres meses más tarde, el 13 de diciembre de 2007, se encontró con su cese y baja del Centro sin motivo justificado.
Hay que recordar que Alejandra no era la típica espía de las películas de James Bond o de serie americanas. La directiva del CNI, especialmente, era una mujer de análisis y había sido fichada por los servicios secretos españoles porque tenía un magnífico currículum como experta en relaciones internacionales y en la Corte de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional (ICC), donde había conseguidos importantes laudos con países como Tailandia, Bosnia, Filipinas, Angola, Kazajistán y otros.
Antonio Rubio
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/02/17/espana/1203219980.html
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