El PP reclamó ayer que los inspectores de trabajo de la comunidad, ’escasos’ a su juicio, ’abandonen sus despachos’ y efectúen visitas a las empresas para tratar de reducir la ’elevada siniestralidad laboral’.
Según los populares, este tipo de sucesos aumentó un 8 por ciento en 2007 respecto al año anterior, una cifra que ’dobla’ a la del conjunto del Estado, y recuerdan en un comunicado que el problema se ha ’recrudecido’ al haber fallecido un trabajador en Santiago y haberse producido varios heridos en otros puntos de Galicia.
La portavoz de Trabajo del PPdeG en la Cámara gallega, Beatriz Mato, sostiene que la ’sobrecarga administrativa’ a la que se ven sometidos los actuales inspectores les impide efectuar las visitas ’necesarias’.
Mato explica que su partido ha tenido una actitud de ’prudencia’ con este tema para evitar politizarlo y lamenta que el bipartito no haya hecho lo mismo.
Según la diputada del PPdeG, la UE recomienda la existencia de un inspector de trabajo por cada 7.000 trabajadores en activo, y critica que en Galicia hay un inspector por cada 20.000 trabajadores, lo que, a su juicio, demuestra una ’clara deficiencia’ de los medios disponibles.
Para ’superar’ esta situación el PPdeG reclama que antes de rematar la legislatura se incorporen, por lo menos, 25 nuevos inspectores, mientras que la negociación de traspasos de Xunta y Gobierno han optado por dar prioridad a la titularidad de los museos, ’también importante, pero menos transcendente para la integridad y la calidad de vida de los trabajadores gallegos’.
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