España figura a la cabeza de la Unión Europea en términos de inversión en equipamiento tecnológico y aplicación de los progresos técnicos, pero se mantiene a la cola en cuanto a productividad laboral, según un informe publicado ayer.
El documento -presentado por el think tank The Lisbon Council- mide los progresos de las 14 mayores economías comunitarias para alcanzar los objetivos de Lisboa, centrados en mejorar la competitividad de la UE.
Finlandia, Irlanda y Dinamarca encabezan la clasificación general, que tiene en cuenta parámetros como el crecimiento económico, el empleo, la inversión o la salud de las finanzas públicas.
En este listado España es el décimo clasificado con la misma puntuación que Holanda, por delante de Bélgica y de Francia, Austria e Italia, los tres países del informe que quedan por debajo de la media de la UE-15.
En un discurso, el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, aseguró que los Veintisiete están en "el buen camino" y deben seguir avanzando por el mismo sendero.
"A pesar de una década de derrotismo por parte de los cínicos, Lisboa funciona", insistió Barroso, que destacó que la modernización de las economías europeas emprendida en el marco de la Estrategia de Lisboa está "ayudando a mantener el rumbo en tiempos turbulentos".
El presidente de la CE recordó que la tasa de empleo en la UE ha crecido hasta el 66%, su máximo histórico, y que la de desempleo está en el punto más bajo de los últimos 25 años (6,9%).
El análisis presentado hoy sitúa a España como el número uno europeo en inversión en nuevas tecnologías, un apartado en el que, junto al porcentaje del PIB dedicado a investigación y desarrollo (I+D), se tienen en cuenta factores como la aplicación de los progresos técnicos y la inversión en maquinaria y equipamiento.
España está por delante de Dinamarca, Italia y Suecia en una tabla que cierran Holanda, Finlandia e Irlanda.
El estudio alerta, sin embargo, de que el gasto en I+D se encuentra estancado por debajo del 2% del PIB a escala europea, cuando el objetivo marcado en Lisboa para 2010 era que alcanzase el 3%.
De los 14 países analizados, sólo Suecia y Finlandia superan esa cifra.
Pese a los buenos datos en inversión tecnológica, "llamada a aumentar la productividad", según recuerda el informe, España sigue estando a la cola de Europa en este ámbito.
Al igual que hace un año, España ocupa el último lugar en la clasificación, por detrás de Italia y Austria, pese a haber mejorado sus estadísticas.
En cuanto al empleo, España retrocedió del octavo al noveno puesto aunque los datos en el análisis son ligeramente mejores.
El estudio destaca el "enorme progreso" en empleo logrado por España desde 2000, con un aumento de casi 10 puntos en la participación de la fuerza laboral, hasta situarse en el 66%.
Sin embargo, advierte de que esta tendencia positiva es "muy vulnerable" por el impacto que la esperada desaceleración de la economía española y, en especial, del sector de la construcción puede tener en el empleo.
El estudio destaca además la mejora de la preparación de los trabajadores, con un 29% de los europeos ocupados entre 25 y 64 años con títulos superiores.
Finlandia es líder en este apartado, con un 40% de su fuerza laboral con educación terciaria, seguida de Bélgica e Irlanda.
España, sexta clasificada, es destacada por tener un acceso igualitario a la educación superior, al igual que Irlanda.
En el apartado de finanzas públicas, España aparece como una "excepción positiva entre los países del sur de Europa" y ocupa el cuarto puesto -tras Dinamarca, Finlandia y Suecia- en cuanto a sostenibilidad de las cuentas.
España ascendió además del sexto al quinto puesto por crecimiento económico, sólo superada por Polonia, Irlanda y Finlandia.
El estudio augura más "vigor" para la economía europea en 2009, con condiciones más favorables en el precio del petróleo y la cotización del euro, pero advierte ante los riesgos que presentan los mercados inmobiliarios de España, Irlanda y el Reino Unido.
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