La inmigración y el mercado del trabajo centró la jornada organizada esta semana en Madrid por AEDIPE Centro (Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas), en colaboración con la Mutua de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Laborales FREMAP, y con una completa agenda que abordó temas como la inmigración cualificada y el reto del talento; las tendencias de futuro del mercado de trabajo; inmigración y responsabilidad social; retos en selección y formación, y la integración y readaptación profesional, entre otros.
Participaron el Viceconsejero de Empleo y Mujer de la CAM, David Pérez García, el Director General de Empleo, Valentín Bote; Antonio Crespo, presidente de AEDIPE Centro; David Peña, subdirector regional de Fremap; Alfonso Jiménez, socio-director de People Matters; María Benjumea, directora de Infoempleo; Javier Díez Sourroulle, consejero delegado de Hedima; Luis Miguel Jiménez, socio director del Instituto Europeo para la Diversidad; Bárbara Marqués, directora de la Fundación San Ezequiel Moreno; José Antonio Zarzuela, director del Área de Readaptación Profesional de Fremap y Juan Carlos Díaz, concejal de Formación del Ayuntamiento de Majadahonda.
Todos los participantes coincidieron al afirmar que la Inmigración es hoy una realidad y lo va a seguir siendo independientemente de las condiciones económicas del país.
Alfonso Jiménez, socio director de PeopleMatters, fue el primero en analizar los factores más relevantes de cambio en el mercado laboral actual, que cifró en siete:
- Cambio de valores en las nuevas generaciones
- Incremento de la demanda de trabajadores
- Reducción de la oferta de trabajadores
- Descenso de natalidad
- Envejecimiento de la población
- Incorporación del inmigrante al mercado laboral
- Incorporación de la mujer al mundo laboral
Comentó, por ejemplo, que en los últimos 30 años, el número de mujeres activas en España ha crecido alrededor de un 30% cada 10 años. Por otra parte, “hemos pasado de tener una media de hijos por mujer de 2,8 en 1975 a una media de 1,3 en el 2005, muy por debajo de la tasa de reemplazo (2,1)”, señaló.
Explicó también que el mercado laboral español ha cambiado “muy significativamente” en los últimos años. “Hoy es mucho más grande: se han creado un 56,7% de empleos netos en los últimos 20 años. Este crecimiento de la demanda ha coincidido en el tiempo con un importante descenso en la oferta”, afirmó.
Según Alfonso Jiménez, en 2010 España contará con más de 2 millones de personas mayores de 80 años y altas tasas de dependencia. “El envejecimiento de la población supone también un cambio en las tendencias del mercado laboral ya que se está incrementando cada año la edad de jubilación”.
Respecto a los nuevos valores, señaló por ejemplo, que los jóvenes saben que pueden exigir más a las empresas, y que el salario, el ambiente laboral y el horario son los factores que tienen en cuenta para elegir una empresa para trabajar.
Todos estos factores citados hacen -en su opinión- que en cualquier escenario de futuro España tendrá que seguir contando con la inmigración como principal fuente de reclutamiento de trabajadores. “Tendría que producirse un derrumbe de la economía enorme para que esto no sea así”, afirmó.
Según los datos ofrecidos por People Matters, la inmigración en 2007 supuso el 9,9 % de la población total y un porcentaje muy superior en la población mayor de 16 años.
Alfonso Jiménez hizo referencia también a la evolución registrada en los últimos años en cuanto al origen de la inmigración, señalando que hace años se colocaba en los puestos de baja cualificación y back office, es decir, no de cara al cliente (agricultura, servicio doméstico…). “Era una inmigración fundamentalmente de origen africano”, señaló. En 2004 se produce un cambio hacia puestos de baja cualificiación pero ya con trato con el público (hostelería, seguridad, distribución…). “Aquí, principalmente por el tema del idioma, Latinoamérica supera a África”, apuntó. En este momento, según Jiménez, se está produciendo otro cambio “muy interesante, aunque en volumen no sea relevante, y es que los trabajadores inmigrantes están llegando a sectores como el biomédico y las ingenierías”, explicó.
En resumen, y según su opinión, en España hay un déficit de profesionales que se agudizará en los próximos12 años. “Su punto de mayor tensión llegará en torno a 2020
cuando los jóvenes nacidos en 1998 lleguen al mercado laboral”. Además de un déficit cuantitativo, se han producido cambios significativos en los valores de los jóvenes españoles ante el trabajo.
Existe, por otra parte, un claro riesgo de inflación salarial con la consiguiente pérdida de competitividad de las empresas españolas y la pérdida de atractivo de nuestro mercado.
Y, por último, ante la falta de recursos considera necesario seguir disponiendo de profesionales de otros países, tanto de baja cualificación como de media y de alta.
En este escenario, en su opinión, es necesario establecer planes de incremento de la natalidad para ajustar el mercado a medio plazo. Sería deseable también ajustar la oferta educativa a las necesidades de la demanda del mercado laboral, e investigar las razones del cambio de valores y “actuar sobre sus causas para crear una oferta competitiva en nuestros jóvenes profesionales que hagan de nuestro mercado un lugar atractivo para la inversión”, apuntó.
Según Alfonso Jiménez, es necesario asimismo mejorar los mecanismos de captación de profesionales internacionales, así como los procesos administrativos asociados y su integración social. Y, por último, sería deseable establecer mecanismos de colaboración público- empresarial para “atacar” los caladeros del talento internacional, ofreciendo una imagen positiva del “destino España” como lugar de trabajo y desarrollo profesional.
“Por lo tanto, a los objetivos tradicionales en la gestión de personas, se suman dos nuevos: la necesidad de atraer y retener a los mejores profesionales”, afirmó.
“Uno de cada cinco trabajadores de la Comunidad de Madrid es de origen inmigrante”
Valentín Bote, Director General de Empleo, y David Pérez García, viceconsejero de Empleo y Mujer de la Comunidad Autónoma de Madrid, también participaron en la la Jornada sobre Inmigración y Mercado de Trabajo. En su intervención, Valentín Bote comentó a modo de pincelada la evolución de la Inmigración en los últimos años en esta Comunidad. “Somos la Comunidad que ha registrado una afluencia de trabajadores inmigrantes más intensa. Si en 1996 había 25.000, hoy son 617.000 las personas de origen inmigrante trabajando en la CAM”, afirmó.
Subrayó a este respecto el carácter integrador de la Comunidad, al afirmar que “el esfuerzo de absorción se ha conseguido sin apenas fricción”.
Uno de cada cinco trabajadores (esto es el 20%) es de origen inmigrante. Un porcentaje tan elevado en otras regiones europeas “ha generado tensión, pero esto no ha ocurrido en la CAM”, según el Director General de Empleo.
Valentín Bote no ocultó su preocupación por los últimos datos económicos, “que están siendo peor que las previsiones”, señaló. “Se esperaba un crecimiento de la economía española del 2,4%, mientras las previsiones oficiales hablaban de un 3,1%. Hoy ese 2,4% está en la banda de los más optimistas, y los más pesimistas dicen que la economía española va a crecer en torno a un 1%”, comentó. “Esto significa un segundo semestre del año con crecimiento negativo”.
Según Bote, el contexto económico está cambiando, y la inmigración ya está “sufriendo de manera intensa” el incremento del desempleo. “El algunas Comunidades, de hecho, el 40% del crecimiento del desempleo corresponde a trabajadores inmigrantes”.
Esto está desencadenado además, en su opinión, un serio problema presupuestario para el Gobierno Central derivado del crecimiento de las prestaciones por desempleo. “Llevamos 1 año donde las prestaciones están siendo desbordadas”, afirmó. En este sentido, explicó que existen enormes diferencias entre nacionalidades; mientras que unas agotan el sistema de prestaciones al máximo (ejemplo, los trabajadores de origen magrebí), otras prácticamente no lo consumen.
Recordó el director general que en todas las crisis el primero que sufre las consecuencias de manera más directa es el trabajador con un bajo nivel de calificación. “En los últimos años han entrado muchos inmigrantes de este perfil, y su escenario en caso de desocupación es más dramático que el de otras personas”.
También se refirió a la necesidad de atraer talento del exterior, en este sentido, en su opinión, es “necesario diseñar un sistema más eficaz que el que tenemos actualmente (por cupos) que están provocando más problemas que soluciones”. Para Valentín Bote, hay que evolucionar hacia un sistema más directo y que discrimine entre cualificado y no cualificado a la hora de perfilar las facilidades para la entrada de estas personas a España.
En su opinión, otro tema sobre el que la sociedad debería reflexionar de cara al futuro es qué vamos a hacer con la "enorme” bolsa de inmigración ilegal que hay en España. “Hace poco, ante la evidencia palmaria de los hechos, Caldera tuvo que admitir que esta inmigración existía, pero la cifró en 300.000 personas; en una aproximación conservadora la multiplicaría por 4 ó 5. La afiliación de extranjeros en España es de 2 millones de personas; por su parte, la encuesta de población activa que capta todo tipo de trabajadores, regulares e irregulares, habla de 2.900.000. Por lo tanto, si hay 900.000 trabajadores sin regularizar, basta con que añadamos hijos, hermanos… para que podamos estar hablando de 300, 400 ó 500.000 más”.
“¿Cómo se puede regularizar esta situación en un contexto de aumento del paro y en algunos casos de destrucción del empleo?” Es un reto que, según Bote, deberá afrontar el nuevo Gobierno.
“El talento se está moviendo hacia las empresas más atractivas”
Analizadas la situación del mercado de trabajo y la inmigración y sus tendencias de futuro, la Jornada debatió en mesa redonda la inmigración cualificada y el reto del talento. En este sentido, María Benjumea, directora de Infoempleo, abordó el tema de la selección y la creciente demanda del talento “que se ve reflejada en el aumento de los perfiles que demandan en las empresas”. “La demanda de perfiles cualificados cada vez es mayor. En 1970, más del 88% de la demanda de las empresas correspondía a puestos primarios, en el año 2000 ese porcentaje era del 26,6%”, señaló.
María Benjumea aportó otros datos en su intervención, como que el 83% de las empresas no puede crecer suficientemente por la escasez de talento. “Las empresas tienen necesidad de talento en todas sus áreas”, añadió.
Habló también de nuevos criterios para la selección, como lingüística, lógico-matemática, espacial, cinestésica, musical, naturalistica, emocional e intrapersonal. “Necesitamos talento, y talento adecuado a las diferentes áreas de la empresa”, señaló estableciendo un símil con Carlos Arguiñano. “Hace años a un cocinero se le pedía que supiese cocinar y que fuera limpio. Hoy se le exige que además sepa vender los platos, comunicar… De la misma manera, en una empresa, hoy a las personas se les piden más habilidades que las propias para realizar una tarea concreta; se les exige habilidades multidisciplinares”.
Por último, la directora de Infoempleo se refirió a un cambio de tendencia en la selección del talento; la evolución del “yo compro como empresa” (selecciono entre los candidatos que me interesan) hacia “me vendo como empresa” ante los candidatos. “El talento se está moviendo hacia las empresas más atractivas”, apuntó.
Por su parte, Javier Díez Sourroulle, consejero delegado de Hedima, fue el encargado de analizar los restos en formación, contextualizando el tema en el escenario actual de, en su opinión, desaceleración económica tras una etapa de crecimiento, aumento del desempleo tras una etapa de creación de empleo y con el control del coste como prioridad empresarial. Un contexto con más de 8 millones de inmigrantes en España en 2010, según sus estimaciones.
Respecto al perfil del trabajador inmigrantes, señaló que el 75% ocupan trabajos no cualificados; el 87% son asalariados y el 7% son trabajadores por cuenta propia. Comentó también que el impulso migratorio siempre se ha relacionado con el bajo nivel social y cultural, pero que, sin embargo, en la actualidad, en nuestro país el 20,7% de los inmigrantes posee estudios universitarios. “Sólo tres puntos por debajo del porcentaje referido a la población española”, matizó. “La mayoría de la población inmigrante que está en España posee estudios primarios; algunos poseen estudios universitarios, y una pequeña parte no tiene ningún tipo de formación”.
Javier Díez coincide con sus compañeros de mesa en la necesidad y dificultad para encontrar trabajadores cualificados. “Las empresas, de hecho, renuncian a parte de su crecimiento porque no son capaces de atraer personas”, señaló.
Centró parte de su intervención en la financiación de los planes de formación. “España dedica cada año 2000 millones a fomentar actividades de formación. En 2006, de esos 2000 millones llegaron 385 a las empresas. Y de esos, 385, las empresas dejaron sin utilizar 156 millones”, aportó. Por lo tanto, “hablamos de una situación de recursos públicos sobrante (con potencialidad de crecimiento mediante negociación institucional si las empresas utilizasen la partida que se les asigna), de una tendencia a la reducción de financiación con cargo a recursos propios; de un mayor impacto en los colectivos dónde se conceptúa una menor aportación de la inversión formativa, y de un sistema de financiación pública consolidado.
En este sentido, destacó como retos de las empresas la “optimización de los recursos propios concentrados en los colectivos prioritarios para las empresas y la aximización de la utilización de los recursos financieros públicos”.
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