El hecho de salir del quirófano y descubrir que la rodilla que te acaban de operar es la contraria a la que debían haberte intervenido, e intentar convencerte después de que no ha sido un error, sino que se ha hecho para evitar lesiones futuras en esa pierna sana, va a suponerle al traumatólogo del Hospital Fundación Jiménez Díaz responsable al pago de una indemnización de 8.719,23 euros.
El protagonista de esta broma macabra a quien el Juzgado de lo Penal nº 17 de Madrid le ha dado la razón en su denuncia de negligencia médica es Hugo Calvo. Hugo acudió al servicio de urgencias de la citada Fundación el pasado 10 de septiembre de 2004, tras escuchar un chasquido en su rodilla derecha y empezar a sentir un dolor que, prácticamente, le impedía seguir caminando.
En la consulta le diagnostican una lesión que requería de una intervención para curarse, y le dieron cita para dos meses después. En ese tiempo, Hugo tuvo que convivir con las molestias en su rodilla, que se hinchaba considerablemente y le causaba fuertes dolores.
La operación se realizó el 10 de noviembre, mediante artroscopia, pero el paciente recibió anestesia general. Al despertarse en su habitación, Hugo se extrañó porque donde sentía dolor era en la pierna izquierda. "Al levantar la sábana me encontré con toda la pierna izquierda vendada, y en la derecha no me habían hecho nada", recordó.
En ese momento, comunicó a una enfermera lo ocurrido, y ésta avisó al médico, que al llegar a la habitación, fue incapaz de ofrecer al paciente una explicación, aunque su rostro -"blanco"-, ponía de manifiesto su contrariedad.
PARA EVITAR LESIONES QUE NO EXISTÍAN
Días después, Hugo acudió a la consulta para tratar con el doctor e insistirle en la necesidad de una explicación, pero sorprendentemente, en aquella ocasión la postura del médico fue la de defender que ‘aquello estaba bien hecho, que era una operación correcta’, realizada para evitar ‘lesiones futuras’.
Tras esta respuesta, el afectado decidió ponerse en contacto con la asociación del Defensor del Paciente y presentar una denuncia que ha sido llevada por la vía penal por el abogado Carlos Sardinero, obteniendo un fallo favorable que indemniza por los daños morales y secuelas sufridas por el paciente.
Sin embargo, la indemnización no podrá hacer olvidar a Hugo los más de cinco meses de recuperación y rehabilitación en los que necesitó ayuda para poder llevar a cabo cualquier acción cotidiana, y en los que también estuvo de baja laboral.
TUVO QUE OPERARSE DE LA OTRA PIERNA
El problema es que, un mes después de la operación fallida, tuvo que intervenirse de la rodilla derecha, que era por la que había acudido al médico en un principio. La consecuencia es que quedó impedido de ambas piernas, con lo que para levantarse o moverse, necesitó de la ayuda de sus familiares o de una silla de ruedas.
"Necesitaba ayuda para todo, porque no podía hacer un apoyo completo en ninguna de las dos piernas", señaló. Aquella situación le causó "indignación", sobre todo por el hecho de que los médicos no le dieron en ningún momento "una razón coherente" a lo sucedido.
Lo único que "compensa", en cierto modo, todo lo pasado es que finalmente un tribunal haya reconocido que se trató de un "error clarísimo" y haya dado la razón a Hugo en su demanda de que aquello "no estaba bien hecho".
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