Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que los obreros de fuera de Pekín que participan en las obras de los Juegos Olímpicos de 2008 son ‘habitualmente explotados, no tienen salarios dignos y trabajan en condiciones peligrosas, sin seguros de accidentes ni acceso a servicios médicos o sociales’.
La organización no gubernamental con sede en Nueva York ha publicado un informe de 61 páginas titulado ‘Un año de mi sangre’, con el que pretende documentar los incumplimientos por parte del Gobierno de China de sus ‘reiteradas promesas de protección de los derechos de los trabajadores inmigrantes en la construcción’.
Además, denuncia ‘las privaciones que implica la naturaleza discriminatoria del sistema comunista de registro civil (hukou)’, ya que los trabajadores de fuera de Pekín no se pueden inscribir y, por lo tanto, ‘no tienen acceso a los beneficios de la seguridad social’.
Según los datos de HRW, el 90 por ciento de la fuerza laboral del sector de la construcción en Pekín lo conforman cerca de un millón de chinos procedentes de otras zonas del país.
‘Esos trabajadores son el músculo que hay detrás de la construcción de las infraestructuras relacionadas con la celebración de los Juegos Olímpicos’, que comenzarán en la capital china el próximo 8 de agosto, según la organización.
La directora de HRW en Asia, Sophie Richardson, aseguró en un comunicado que ‘el Gobierno chino es todo palabras y nada de acción cuando se trata de proveer protección y servicios sociales significativos a los trabajadores migrantes de la construcción’.
En su informe, la organización estadounidense asegura que los empresarios a menudo pagan a los trabajadores menos del mínimo legal e incluso algunos no ofrecen retribución alguna durante meses y no firman contratos o seguros médicos y de accidentes, ‘exponiendo a sus empleados a enfermedades o lesiones debido a las peligrosas condiciones de trabajo’.
‘El Comité Olímpico Internacional (COI) debería buscar una certificación independiente de que todos los empleados en construcciones relacionadas con los Juegos reciben un salario legal y adecuado y trabajan en un entorno adecuado y protegidos de otros abusos laborales’, reclama la organización.
En ese sentido, Richardson añadió que ‘si el movimiento olímpico realmente se enorgullece de su dedicación a los principios éticos universales, el COI debería asegurarse de que los trabajadores que trabajan en las instalaciones olímpicas al menos son tratados justamente y de acuerdo con la ley china y los estándares fundamentales en materia de derechos humanos’.
En Pekín, el portavoz oficial del ministerio de Asuntos Exteriores de China, Qin Gang, expresó su deseo de que ‘este tipo de preguntas no surjan’, ya que dijo no tener ‘ningún tipo de comentario sobre esa clase de conclusiones’. Lo que dice esa organización no merece la pena ni comentarse’, señaló.
‘Parece que HRW tiene problemas con la vista, con los ojos. ¿Podemos creer sus conclusiones? Esa organización se niega a llevar las gafas correctas, así que les sugerimos que se las cambie’, añadió el portavoz.
http://actualidad.terra.es/sociedad/articulo/hrw_pekin_juegos_2317923.htm
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