La patronal aprovechó ayer la publicación del dato oficial de inflación -que en febrero alcanzó el 4,4%, la más alta desde noviembre de 1995- para lanzar una embestida contra las alzas salariales ligadas al encarecimiento de los productos de consumo más habituales.
La patronal española advirtió de la "necesidad de evitar una espiral precios-salarios, ya que perjudicaría a la inflación a medio plazo y retrasaría o impediría una reducción de los tipos de interés en la zona euro".
Esta doctrina de la CEOE choca con las palabras de su presidente de hace menos de dos meses. Gerardo Díaz Ferrán defendió entonces las cláusulas de revisión salarial, mecanismo que permite restituir en los sueldos una parte o la totalidad de la inflación cuando se desvía de lo previsto. "No queremos que disminuya el poder adquisitivo de los salarios y una de las formas es esa cláusula", añadió.
La tasa del 4,4% supera en una décima al índice de precios al consumo (IPC) de enero. Este 4,4% coincide con la variación del índice armonizado, que ya adelantó el Instituto Nacional de Estadística (INE) el último día de febrero, mes en el que los precios crecieron un 0,2%.
Los precios subieron en febrero principalmente por el encarecimiento de las bebidas alcohólicas y el tabaco, de otros bienes y servicios; y de hoteles, cafés y restaurantes.
El Gobierno reconoció la mala noticia que supone el dato de ayer. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, consideró "innegable" que el encarecimiento del petróleo, en niveles récord, "dificulta" la esperada bajada de la inflación. Vegara anticipó que el IPC comenzará a descender en primavera, aunque admitió que el encarecimiento del petróleo puede estrechar los límites de esa bajada.
El PP, por su parte, acusó al Gobierno de ocultar la crisis económica a los españoles durante la campaña electoral, ya que el dato del IPC se ha dado a conocer pasadas las elecciones.
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