¿Se atrevería a decir que la Universidad de Salamanca está mejor ahora que hace doce meses?
Eso han de decirlo mis compañeros. Mi obligación es rendir cuentas y lo hago en los consejos de Gobierno y tengo interés en asistir a Juntas de Facultad. Hay un trabajo realizado y se ven aspectos concretos a todos los niveles.
¿Está cansado por un periodo de tanto trabajo?
Ha sido un año intenso. En algunos momentos pensé que con el tiempo la cosa se iría serenando, pero no es así. Ni la Universidad ni mi propio carácter lo permiten. Cuando cierro un proyecto ya estoy pensando en el siguiente.
¿Cuáles han sido los momentos más difíciles y los más gratos?
Los instantes complicados pueden haber existido en algún momento de dificultad económica. Gratos ha habido muchísimos, como la entrega de las becas Santander con la presencia de los Príncipes de Asturias; el convenio para la Universidad digital; el proyecto de Salmanthica Biomédica; cuando han salido adelante los cuatro títulos de adaptación al Espacio Europeo y vemos que somos la única universidad pública de Castilla y León en llegar ahí; la firma del convenio para el Centro del Láser o el acuerdo del Consejo de Ministros para el 2018. Pero me quedo en las pequeñas cosas que no salen a la luz y que son muy importantes, como el trabajo realizado para cambiar las fiestas universitarias, del que estoy muy orgulloso. También hemos firmado el primer convenio con el PDI laboral y logramos, asimismo, hacer un horario de bibliotecas con el que todo el mundo se sienta satisfecho y usando mejor los recursos. Vamos funcionando con diálogo y trabajo.
¿Hay algún asunto que no haya salido como esperaba?
No hay ningún tema que haya abandonado, aunque algunos avanzan más lentos de lo que quisiera. Me gustaría tener las obras del Juan del Enzina hechas, pero creo que en 2008 lo veremos, sin ninguna duda. En el caso de la guardería, las necesidades del edificio tienen unos requerimientos muy estrictos y siempre he dicho que no tiene que ser un aparcamiento de niños, pero seguimos trabajando y viendo la posibilidad de hacerlo con otra institución y confío en poder rematar este proyecto.
Uno de sus grandes objetivos es la promoción del español. ¿Se está avanzando en el camino correcto?
La Universidad de Salamanca está consiguiendo unos resultados magníficos. Algunos de los convenios ya están firmados recientemente y se están incorporando grupos de estudiantes a la Universidad de Salamanca.
¿Cómo van los preparativos para celebración del 2018?
El año importante será 2019, donde gracias a todo este proceso de diez años la Universidad tiene que haber dado un salto de gigante en su situación mundial. Hemos firmado convenios de enorme calado para ya, como el firmado con la Dirección General de Tráfico para la formación a distancia con los ‘call centers’ o la formación de decenas de miles de personas con la Ley de Dependencia. A partir de ahí, mi primera prioridad para el 2018 es el Centro de Documentación de la Lengua y la Cultura Española, que encaja perfectamente en lo que queremos hacer, y que nos convertirá en una locomotora para la Comunidad Autónoma.
Ese proyecto va adelante, aunque tenemos que ser muy discretos. El problema es que no tenemos aún un edificio terminado, si no, ya estarían instalados. Las mejores empresas se dan cuenta de que la Universidad de Salamanca es una de las más reconocidas a nivel mundial.
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