El banco de inversión estadounidense Bear Stearns, recientemente adquirido por JPMorgan tras su evidentes problemas de liquidez, está buscando protección judicial para evitar que cinco de sus antiguos brokers utilicen la lista de clientes en sus nuevos trabajos en otros bancos, según refleja hoy la prensa norteamericana.
Concretamente, la firma ha presentado estos requerimientos en un tribunal neoyorquino, alegando que durante su cambio de empleo, estos cinco ex empleados se llevaron información confidencial de Bear y mantuvieron negocios de manera inapropiada con clientes de la entidad en sus nuevos puestos en los rivales Morgan Stanley y UBS.
Esta medida podría interpretarse como preventiva con respecto a los futuros recortes de empleo que van a producirse como consecuencia de su adquisición por parte de JPMorgan.
Bear Stearns pretende conservar a toda costa sus clientes para garantizar un buen funcionamiento en el futuro, tras los graves problemas que sufrió en las últimas semanas.
JPMorgan, que inicialmente lanzó una oferta por el banco de dos dólares por acción y con el respaldo financiero de la Fed, aumentó esta semana el precio hasta los 10 dólares por título ante posibles demandas de los accionistas, indignados por el bajo precio de la transacción.
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