El secretario general de la patronal vizcaína Cebek, Francisco Javier Azpiazu, insistió ayer en que, si bien la desacelación económica es "evidente", no se espera "una recesión", y estimó que este año se experimentará un crecimiento del 2,5%. Asimismo, instó a las instituciones a controlar la inflación de "una manera definitiva" para evitar la pérdida de competividad y planteó que el sindicalismo vasco debe realizar "una profunda reflexión" en sus planteamientos.
En una entrevista concedida a Herri Irratia-Loyola Media, recogida por Europa Press, el dirigente de la patronal vizcaína destacó además que la campaña electoral "ha ayudado muy poco a una definición precisa de lo que pasa" en la situación económica, porque el PSOE ha tratado de trasladar a la sociedad una visión "muy optimista", mientras que el PP ha hecho "justamente todo lo contrario".
A su entender, se está produciendo "una situación de desaceleración económica evidente", pero "no estamos en recesión", ni tampoco "se le espera".
En esta línea, indicó que "el entorno ha cambiado de una manera importante en los últimos meses, con lo cual evidentemente las expectativas disminuyen y cambian". Apuntó que existe "una contracción evidente" en el mercado inmobiliario y "una situacion de desconfianza" en los mercados financiero y crediticio como consecuencia de la crisis de las hipotecas en Estados Unidos, lo que ha provocado "inseguridad en las decisiones de compra o inversión por parte de las familias".
"Un retraimiento del mercado inmobiliario y de las decisiones de consumo, que son los valores en los que se ha basado el crecimiento económico español y menos el vasco, aunque también de una manera importante, esto supone que el ciclo se acaba y estamos en una situación distinta", explicó.
En cualquier caso, estimó que se crecerá en torno a un 2,5% durante este año y será preciso espera a "ver lo que ocurre con el sector de la Construcción, que tiene un efecto menor en Euskadi, para tratar de ver si esto tiene repercusiones negativas con respecto al empleo". "Hay que esperar un poquito", insistió Aspiazu, que destacó que el País Vasco es "un país fundamentalmente industrial" y por tanto "mientras la industria siga siendo pujante y competitiva el efecto será menor" que en el resto del Estado.
En cuanto al sector de Construcción, reconoció que, durante los últimos años, ha habido un crecimiento "espectacular" en la edificación de vivienda nueva, que "no se ha terminado de vender" por "la situación de dudas y de retraimiento del consumo" existente y porque "es difícil que un volumen tan grande de edificación pueda tener respuesta en el mercado". A su entender, "lo primero que habrá que hacer es vender las viviendas que están construidas".
Azpiazu se refirió también a los niveles de inflación existentes en el Estado y, tras subrayar que duplican la tasa europea, advirtió de que éste es un "elemento de pérdida de competetividad enorme" porque "lo que hacemos cuesta más de lo que hacen otros y, si la trasladamos a los costes, perdemos posiciones en el mercado de manera extraordinariamente importante".
En esta línea, exigió que las instituciones públicas controlen la inflación "de una manera definitiva" y alertó de que, "si estos ratios de diferenciales de inflación continúan así, es que estamos perdiendo competitividad de una manera muy importante".
PROFUNDA REFLEXIÓN
Por otro lado, consideró que las relaciones laborales en Euskadi son "muy deficientes" porque "el sindicalismo mayoritario ha apostado desde hace muchos años por confrontarse con la patronal en vez de buscar acuerdos". "Esto nos lleva a que haya planteamientos por parte sindical absolutamente maximalistas en costes y en reducción de jornadas que son inaceptables por parte del mundo empresarial", manifestó.
En este sentido, censuró que "lo que no puede ser es que sigamos manteniendo en 2008 planteamientos de hace quince años en materia de reducción de jornada, cuando la prática europea es justamente la contraria y cuando tenemos la jornada laboral más baja de todo el Estado".
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