Una encuesta revela el descontento de los ciudadanos con las organizaciones obreras. Un 58% de los trabajadores cree que han perdido influencia para mejorar sus derechos y un 19% que no sirven para nada.
La mayoría de los trabajadores desconfía de los sindicatos, aunque por lo general reconocen que su labor ha servido para mejorar sus condiciones laborales. Estas son algunas de las conclusiones que se desprenden de una encuesta realizada por el Gobierno vasco, el primer sondeo de opinión que se elabora en la CAV para pulsar el sentir de la ciudadanía sobre la acción de las organizaciones obreras. Las cuatro principales centrales de la comunidad (ELA, CC.OO., LAB y UGT) reciben un suspenso y varias sugerencias para corregir su rumbo. Entre los más destacables, la exigencia de trabajar unidos, compartida por el 83% de la población.
Esta corriente mayoritaria choca con la realidad del panorama sindical vasco, que en los últimos años ha sido víctima de un fenómeno de enfrentamiento interconfederal a causa de las dispares estrategias defendidas por cada sigla. Un 83% de los vascos preferiría que se unieran todos los sindicatos. Por contra, un 17% se inclina por una alianza estable entre ELA y LAB, y un 7% por una entente CC.OO.-UGT. Un residual 2% defiende otro tipo de pactos.
El Sociómetro elaborado por el Gabinete de Prospección Sociológica de la Presidencia del Gobierno vasco está basada en 2.882 entrevistas realizadas entre los días 25 de septiembre y 10 de octubre de 2007 a otros tantos ciudadanos vascos mayores de edad mediante cuestionario cerrado en sus domicilios (619 en Araba, 1.287 en Bizkaia y 976 en Gipuzkoa).
Sólo un 43% de la ciudadanía confía en la actividad de las centrales, un dato que se sitúa ligeramente por encima de la media europea (38%) y de la estatal (37%). La confianza de los vascos en los sindicatos se sitúa por detrás de la que tienen en el Ejecutivo autónomo, el Parlamento vasco, las organizaciones no gubernamentales (ONG), la Unión Europea y las empresas. A su vez, inspiran el mismo crédito que la ONU más que y por delante de los medios de comunicación, la Justicia, la Iglesia vasca, los partidos políticos, el Ejército y la Conferencia Episcopal Española.
Los trabajadores no sólo reclaman al mundo sindical que se una para ser más influyente. También consideran que las organizaciones deberían implicarse más en la promoción de la igualdad de las mujeres (88%) y para que se impliquen más en las campañas contra el racismo (78%). Pese a la actitud de censura que dibuja el estudio, una sólida mayoría (70%) considera que gracias a los sindicatos, los trabajadores han logrado una mejora de sus condiciones" laborales.
independencia política Aún así, los encuestados perciben una progresiva erosión en la eficacia de sus representantes laborales. El 58% sostiene que en los últimos años han perdido capacidad en la defensa de las condiciones de trabajo.
El sondeo contiene visiones muy contrapuestas sobre el papel que las centrales juegan en la sociedad. un 35% los considera pilares fundamentales de la democracia, mientras que un 19% está de acuerdo con la afirmación de que "no sirven para nada". En el plano de la estrategia, un 47% les reprocha que sólo defienden a sus afiliados y un 30% que sólo se ocupan de los trabajadores fijos. Los autónomos y otros trabajadores no asalariados se pronuncian de una forma particularmente crítica.
En lo que sí coincide la práctica totalidad de la población (80%) es en el imperativo de ser independientes de los partidos políticos.
Ibai Cereijo
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