El acceso a diferentes vías de financiación resulta más inmediato que nunca gracias a la digitalización. Hasta hace relativamente poco, las únicas opciones razonables eran las que ofrecían las entidades bancarias convencionales. Eso ha cambiado de forma considerable con el desarrollo de otro tipo de empresas y plataformas especializadas en solicitar prestamo online que ofrecen soluciones independientes de la banca tradicional o, incluso, modelos basados en préstamos entre particulares.
Cuando hablamos de un prestamista particular, hablamos de una persona (o bien física o bien jurídica) que presta dinero a terceros sin la supervisión del Banco de España. En general, la mayoría de clientes suelen recurrir a esta fórmula cuando los bancos no aprueban sus solicitudes o bien requieren de dinero de forma urgente.
Pero, ¿cuáles son las diferencias entre los préstamos entre particulares y los préstamos bancarios? A continuación, analizamos algunas de las más importantes. ¡Toma nota!
Tarifas
Los prestamistas tienden a establecer unos intereses más elevados tanto en los productos de financiación más ligeros como, por ejemplo, los micropréstamos como en otras modalidades de financiación a gran escala como hipotecas las cuales, además, suelen incluir un mayor número de comisiones asociadas. En realidad, hay una razón detrás de esta tendencia: La mayor parte de estos prestamistas y empresas suelen asumir mayores riesgos pues una gran parte de sus clientes han sido previamente descartados por entidades bancarias. No obstante, también es posible encontrar algunas excepciones con préstamos entre particulares que comienzan a rivalizar con las propuestas de las entidades tradicionales.
Volumen de aprobaciones
Las entidades bancarias imponen una mayor cantidad de restricciones en la concesión de préstamos en comparación a las que definen los prestamistas, excepcionalmente laxas. Ello está relacionado de forma indirecta con el punto anterior: El hecho de que los precios en concepto de intereses y comisiones sean más elevados, hace que, como contrapartida, sean menos exigentes.
Respuesta ante casos de impago
En general, los procedimientos y protocolos que se ponen en funcionamiento ante situaciones de impago tienden a ser más flexibles o, al menos proporcionar mayor margen,cuando el préstamo se tramita a través de una entidad bancaria. Los bancos convencionales suelen remitir varias notificaciones o avisos antes de pasar a la aplicación de medidas como tal y, además, en algunas situaciones se muestran incluso, más predispuestos a facilitar la reestructuración de la deuda para que el cliente tenga una mayor facilidad para asumir el pago pendiente.
Este contexto es bastante menos común dentro del ámbito de los préstamos entre particulares y prestamistas nos bancarios. Cuando se adquiere una deuda por impago, las actuaciones suelen ser más rápidas y, también, en general, menos clementes a la hora de formalizar las correspondientes demandas y órdenes de embargo.
Garantías de seguridad
En lo que respecta a garantías de protección, no existen grandes diferencias entre ambas alternativas. Por un lado, los bancos están regulados a través de entidades que supervisoras como el Banco de España o el Banco Central Europeo así como por diferentes leyes como la de Crédito al Consumo o la hipotecaria. Por otra parte, los prestamistas también deben operar bajo el marco legal vigente y siempre a través de un contrato en el que se garantiza el cumplimiento de ambas partes. En este sentido, dicho documento representa un punto imprescindible para medir el grado de protección que ofrece el acuerdo.