En estos convulsos tiempos que corren para las grandes corporaciones dedicadas a la construcción y la obra pública, no es de extrañar que se produzcan movimientos y cambios, motivados por los malos resultados económicos y por el gran desgaste para los profesionales del capital humano que tienen que nadar en unas aguas demasiado revueltas.
Pero es ley de vida, unos se van y otros vienen.
Los comentarios están cerrados.