No es que sea una gran abogada que defiende lo indefendible y que de misterios y asesinatos sepa mucho. Lo que le ocurre, y de ahí le viene su cariñoso apelativo, es que por culpa de una inoportuna lesión en la pierna, esta ejecutiva se ve obligada a moverse por su oficina y todo el recinto en el que se encuentra, en un moderno scooter para personas de movilidad reducida.
Hay que predicar con el ejemplo y recursos humanos es el primer departamento en hacerlo.
Aunque, como es el caso, siempre se esté de feria.
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