Hablamos de los ya famosos vampiros emocionales: esos compañeros que no chupan sangre, pero sí energía, motivación y, si los dejás, hasta tu última neurona libre antes del café de media mañana.
En el entorno laboral actual, donde la colaboración y el bienestar son clave, estos personajes pueden hacer más daño que un Excel sin guardar. Se cuelan en reuniones, multiplican problemas, minimizan soluciones y logran que cualquier iniciativa de equipo acabe… en la sombra.
Y es que hemos encontrado una empresa que tiene más vampiros que empleados… El director de RRHH no puede más y va a tomar decisiones importantes al respecto.