Dicen que los grandes líderes tienen visión, carisma y una habilidad innata para tomar decisiones difíciles. Pero lo que nadie te dice es que, cuando cae la noche y se apagan las luces de la oficina, hay un CEO que se gira hacia su almohada y le susurra verdades que ni su junta directiva conoce.
La almohada lo sabe todo: las estrategias improvisadas en el último minuto, los contratos firmados sin leer la letra pequeña y ese oscuro deseo de dejarlo todo y abrir un chiringuito en la playa.
Tranquilo, tu secreto está a salvo… Siempre y cuando la almohada no empiece a hablar.