En un giro digno de 360 grados, una importante empresa de comunicación ha decidido cambiar el bullicio de Madrid por la tranquilidad de una pequeña localidad toledana.
La idea es clara: apostar por las zonas rurales y darles el empujón mediático que merecen.
Y es que, según el propio CEO de la empresa, la mejor manera de revolucionar la comunicación es hacerlo rodeado de ovejas, con una conexión Wi-Fi que probablemente dependa de la dirección del viento.
Las ventajas del cambio son muchas: ruedas de prensa con olor a pan recién horneado, brainstorming en la plaza del pueblo y, sobre todo, un coste del café que no da ganas de llorar.
¿Lograrán convertir el pueblo en la capital de la comunicación rural? Solo el tiempo (y la cobertura) lo dirán. Mientras tanto, el alcalde de esta localidad ya ha declarado festivo el día de la mudanza para dar la bienvenida a estos 150 empleados.