A lo largo de la última semana, una empresa ha tenido al 70% de su plantilla confinada por la Gripe A. Todo comenzó con un simple “me duele la garganta” en la máquina de café. Lo que nadie esperaba era que, en cuestión de días, la empresa se convirtiera en un capítulo de The Walking Dead, pero con menos zombis y más bajas por la Gripe A.
Los pocos supervivientes tuvieron que asumir nuevos roles: el de IT acabó atendiendo llamadas de recepción y hasta el becario fue ascendido temporalmente a CEO (bueno, casi).