Hay una empresa tecnológica que, en lugar de publicar ofertas de empleo, está practicando el “robo” de talento. A la propia directora de RRHH le han visto merodeando en eventos del sector con cara de «solo estoy mirando», pero en realidad con un LinkedIn abierto y el mensaje «¿Hablamos?» listo para enviar.
Su estrategia va desde cafés casuales con empleados clave de la competencia hasta «despistes» estratégicos en los que, por error, sus reclutadores acaban en oficinas ajenas con una carpeta llena de contratos. Algunos ya sospechan que sus entrevistas de trabajo incluyen preguntas del tipo: «¿Te gustaría trabajar aquí… y traer a unos cuantos amigos?»
¿Quién será esta empresa con alma de cazatalentos (literalmente)?