El glamour y los giros inesperados han alcanzado un nuevo nivel. Una empresa internacional ha abierto sus puertas en el corazón de un salón de baile madrileño. Ahora no solo te encuentras con la recepcionista sino que te recibe mientras baila un apasionado baile.
Esta empresa decidió innovar con un «centro de experiencia» para demostrar que su servicio al cliente es tan fluido como una buena bachata. En lugar de trabajadores en chaquetas amarillas, el personal viste trajes de lentejuelas y zapatos de charol.