Este directivo de una reconocida empresa ya ha dado inicio a la temporada navideña.
La sorpresa no fue pequeña cuando los empleados llegaron un lunes a la oficina y encontraron el recibidor decorado como si fuera un mercado navideño de Estrasburgo. Un pino gigante, decorado con luces y esferas doradas, y una melodía de villancicos suavemente resonaba en los altavoces.
La inspiración le ha venido de un viaje reciente a un famoso pueblo navideño. Parece que quedó tan encantado con la experiencia que no pudo esperar ni un día más para replicarla en su propio espacio de trabajo.
Muchos se preguntan qué será lo siguiente… ¿Una pista de hielo en la terraza?