Como sabéis, el mundo empresarial está lleno de «tiburones y ballenas». Hay un directivo, muy conocido en toda Sevilla que destaca por su apodo: «El Pez».
¿Por qué «El Pez»? ¿Será por su habilidad para navegar en las aguas profundas de las finanzas? ¿O porque, como los peces, siempre parece que va con la boca abierta sin decir mucho?
La realidad es que este directivo es conocido por su capacidad para escabullirse de las preguntas difíciles en las juntas, con respuestas que fluyen como si estuviera nadando en círculos. Cuando los problemas se acercan, parece desaparecer en el océano de excusas empresariales, dejando a todos preguntándose cómo lo hace.