Nacida en Jerez y de padres salmantinos, esta figura influyente en el sector de los recursos humanos pasó su infancia y adolescencia bajo el sol gaditano.
Se mudó a otra ciudad en busca de nuevas oportunidades profesionales y, poco a poco, su acento fue desvaneciéndose.
Sin embargo, tras más de una década y media de éxitos profesionales en el exterior, decidió volver a sus raíces. El regreso a Jerez no solo le trajo de vuelta los paisajes y aromas familiares, sino también ese acento característico por el que ahora la conocen como la Lola Flores de los recursos humanos.