Este director de RRHH ha desarrollado una estrategia para evadir sus reconocimientos médicos anuales. La razón de este comportamiento no es otra que su profunda fobia a las agujas, tan intensa que en su última visita al médico se desmayo tras solo pensar en ellas.
Cada vez que se aproxima la temida fecha del chequeo, el director despliega su arsenal de excusas: reuniones en el extranjero, lesiones deportivas, emergencias familiares…
¿Cuál será la excusa de este año?