Esta directora de RRHH vive en Madrid, pero lleva el corazón sevillano en sus venas, en una mezcla fascinante de tradición y devoción. Su travesía comienza en Sevilla, donde se despide de la Feria de Abril, enfundada en su traje de lunares, dejando atrás el colorido y la alegría para adentrarse en la naturaleza virgen del Parque Nacional de Doñana. Allí, calzando sus botos, junto a su Hermandad de Sanlúcar, cruza el Guadalquivir, un río que simboliza la unión entre su tierra natal y su destino espiritual: el Rocío. Es en el Rocío culminación de su viaje, un momento de profunda emoción y conexión con su fe.
Su fe y la compañía de sus hermanos de hermandad la impulsan a seguir adelante, llenándola de fortaleza y renovando su espíritu.