Resulta que este director sigue aferrado al espíritu navideño, incluso cuando el resto del mundo ha despedido ya a Papá Noel y ha guardado los adornos. La razón detrás de esta curiosa escena es un imponente árbol de Navidad que aún adorna su despacho. Con luces titilantes y brillantes bolas decorativas, el árbol se ha convertido en una fuente de asombro en la oficina.
Algunos sugieren que el directivo está tratando de mantener viva la magia de la Navidad durante todo el año para impulsar la moral de los empleados, mientras que otros aseguran que se trata de un experimento social para medir la reacción de la plantilla ante situaciones inesperadas. Sea cual sea la razón detrás de este árbol de Navidad fuera de temporada, lo cierto es que ha generado una oleada de risas y sorpresas entre los trabajadores, que no dejan de preguntarse cuál será la siguiente jugada del director.