Lo que prometía ser una noche de celebración tomó un giro inesperado cuando una figura misteriosa se acercó sigilosamente a este CEO con un pastel en mano.
En un acto sorprendente arrojó la tarta directamente al rostro del CEO en medio de la multitud atónita. El postre decoraba el impecable traje de este directivo, quien, a pesar del impacto, mantuvo una expresión imperturbable.
Mientras algunos especulaban sobre rivalidades empresariales, otros sugirieron que podría tratarse de una estrategia de relaciones públicas elaborada. Sin embargo, hasta ahora, nadie ha descubierto el por qué de esta inusual «pastelada».