La causa de su inusual decisión no es un nuevo mercado emergente ni una estrategia de negocios, sino más bien una conexión inesperada con la cultura pop. Al parecer, la hija este CEO es una ferviente seguidora del K-pop, y su entusiasmo ha llevado a su padre a embarcarse en una inmersión lingüística para comprender mejor la pasión de su hija.
Los empleados de la empresa observaron sorprendidos cómo las reuniones ejecutivas se vieron interrumpidas por libros de gramática coreana y listas de vocabulario esparcidas entre informes financieros. Se ha comprometido seriamente con su aprendizaje, incluso practicando los complicados tonos del coreano durante las pausas para el café.
Este CEO ha dejado claro que incluso los líderes corporativos más influyentes no están exentos de la influencia global de la cultura pop y que, a veces, las decisiones más intrigantes pueden tener raíces profundas en el amor y la conexión familiar.