Tenía muchísimas ganas de que llegase el otoño pero en su ciudad, Toledo, las altas temperaturas seguían, por lo que el viernes decidió reservar un hotel en los Pirineos para marchar esa misma tarde. Su familia no le quiso acompañar así que invitó a dos de sus compañeros de trabajo.
En esa ubicación, las temperaturas no han subido de los 20 grados. Ha sido un fin de semana estupendo para los tres toledanos. Además, era la primera vez que estos tres compañeros se veían fuera de la oficina… ¡Después de llevar quince años trabajando juntos!