Si por este inspector de trabajo fuese, Zidane, Gurpegui, Ujfalusi y demás jugadores que, en algún momento de su carrera deportiva, han «agredido» a Messi, Ronaldo y demás estrellas del balón, serían juzgadas por la vía penal, ya que sus acciones son de una gravedad elocuente.
Menos mal que no se prodiga en las televisiones, que si así fuese, seguro que temblaban los cimientos de la legislación futbolística española.
Y, a lo mejor, hasta la mundial.
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