La crisis agudiza el ingenio y perjudica a la ética. Es lo que le debió pasar a esta conocida consultora de Recursos Humanos, que pensó que el margen obtenido por el servicio prestado a un cliente –empresa pública- era muy pequeño y se puso a emitir facturas con costes inventados.
Y el cliente lo pagó como si tal cosa; total, el dinero no era del que visaba las facturas.
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