Imagine por un momento que usted tiene contratado un servicio de alertas para que le notifiquen ofertas de empleo con su perfil, o que ha mandado su curriculum a diversas ofertas de trabajo en los últimos meses, o que ha facilitado sus datos de contacto a diversas personas con la intención de estar ‘visible’ ante potenciales oportunidades profesionales.
Y de repente, su dirección de correo ya no sirve de nada, ha desaparecido, ha dejado de estar operativa. En un instante, casi sin aviso.
Pues eso es lo que le ha pasado a miles de usuarios de un conocido servidor de correo electrónico, quienes, ni en el peor de sus sueños, hubieran imaginado que su prestigioso proveedor les pudiera dejar ‘tirados’.
Pues nada, paciencia, a aguantarse el enfado y a actualizar datos con nueva cuenta de otro servidor.
No queda otra.
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