Según cuentan fuentes muy cercanas, la no autorización por parte de la autoridad laboral del ERE solicitado por la empresa no ha impedido a esta eliminar de un plumazo el departamento de ventas de su conocida publicación mensual de contenido económico. Y eso que, según las mismas fuentes, su facturación en publicidad estaba muy por encima de su discreta difusión y del nivel de sus firmas colaboradoras.
Aunque Liza cantara el siglo pasado que el dinero hace al mundo moverse, en este caso parece todo lo contrario. Que se lo pregunten a los despedidos.
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