Una más, y no será la última. De los cerca de 20 empleados que trabajaban en esta oficina, sólo quedaban once. Ahora ya no queda ninguno. La situación económica, el arrastre de presuntos problemas legales y unas perspectivas muy negras han sido más que suficientes para que esta televisiva empresa ponga el candado en su delegación madrileña. 20 días por año de indemnización han hecho el resto.
Ahora más que nunca nos gustaría descubrir cómo es posible que este grupo inmobiliario siga vendiendo casas… tal y como dicen.
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