Ésta prueba de idioma, creada para “filtrar” el acceso de candidatos a determinados centros de postgrado, consigue estupendos resultados… a la inversa. Es decir, todo el mundo para adentro sin importar su nivel de idioma.
Según cuenta nuestra confidente, probada ésta “exigente” prueba -valga la redundancia- de admisión por expertos en la materia, el veredicto fue que la misma podía ser superada sin mayores problemas por niños mayores de tres años.
Alguna mente bondadosa dijo que no es que la prueba de acceso fuera poco exigente, sino que los niños de infantil están cada día mejor preparados.
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