La cosa no deja de ser graciosa, pero la justicia lo ha solucionado rápidamente: Un conocido e importante consultor había fundado otra compañía y utilizado, conjuntamente con otro socio, su apellido como denominación social.
Tras vender en bolsa su participación, decide abandonar la compañía y funda una nueva consultora él solo, utilizando como nombre comercial su conocido y reputado apellido.
Denunciado por los actuales dueños de su anterior empresa, ha visto como la Justicia le da la razón y le autoriza a utilizar su apellido con la nueva sociedad, la cual está lanzando internacionalmente y logrando una importante presencia mundial.
Y es que siempre se ha dicho que hay apellidos que abren muchas puertas.
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