Y es que lo rumores pueden servir, además de para divertir, agudizar el ingenio y encontrar un tema de conversación con los compañeros de trabajo, para detectar, por ejemplo, empleados tóxicos dentro de las organizaciones.
Y así lo entiende esta gran empresa, que, gracias a un rumor infundado, logró dar con un empleado de esos considerados incómodos. La cosa quedó en un simple toque de atención, pero el empleado se cuidará muy mucho de, según la dirección, continuar intoxicando.
Las direcciones por objetivos, valores, etc. han pasado de moda; ahora se impone la dirección por rumores.
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