Parece ser que, desde la marcha de su promotor, esta asociación ha ido de mal en peor. De intentar engañar sobre su situación a otra asociación para fusionarse y prometer lo que no podían cumplir, se ha pasado a deber dinero al banco con el que trabajaban, el cuál, harto de no conseguir cubrir el descubierto que los gestores actuales han dejado (sin que su tesorero lo sepa), ha pasado a la denuncia para intentar su cobro.
Y mientras les reclaman la deuda, lo que mejor puede hacer su presidente es reconocerla, pagarla y no reunirse con asociaciones, actualmente más serias, ofreciendo aquello que no puede dar, que no es otra cosa que asociados.
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