Según nuestros confidentes, el miedo de la cúpula directiva de esta empresa a perder la poltrona, como consecuencia de recientes operaciones mercantiles, hace que los mensajes que envían a trabajadores y clientes estén muy lejos de la realidad; cruda realidad, pero realidad al fin y al cabo.
Y es que no hay peor ciego que el que no quiere ver.
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