Al único accionista se le llena la boca de rencor cuando recuerda a sus directivos anteriores y pretende olvidar que está donde está gracias a ellos.
Pero lo que no olvida, incluso usa hasta la saciedad, es el slogan de su empresa que, por cierto, creó uno de esos directivos tan denostados.
Y es que algunos son expertos en copiar.
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