No creemos que sea porque trabaje de matarife en sus ratos libres, ni por cortar muchas cabezas dentro de su organización –aunque alguna que otra cortará-. Parece ser que este apodo le viene por el tamaño desproporcionado de sus manos en relación con el resto de su fisonomía. Aunque nosotros pensamos que no es para tanto, a él le gusta creerse el “serial killer” de los recursos humanos.
Por si acaso, cuidado con sus mamporros.
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